lunes, 25 de noviembre de 2013

Tecnología: cara pero necesaria



Es impensable crecer en la producción agropecuaria si no tomamos en cuenta los adelantos tecnológicos para conseguir productividad y competitividad. Mirar el surco y proyectar altos rendimientos implica inversión, pero hay que entender que desde hace años la agricultura dejó de ser una labor artesanal para convertirse en una actividad global en la que deben convivir la sostenibilidad económica, la medioambiental y la social.

Hace unos días se desarrolló en nuestra ciudad el Segundo Simposio de Agricultura de Precisión, donde expertos de países como Argentina, Brasil, Uruguay y Chile mostraron a los agricultores nacionales los avances logrados en sus naciones con el buen y oportuno uso de la tecnología.

La agricultura se enfrenta actualmente al enorme reto de alimentar a una población cada vez mayor -se calcula que en 2050 la población mundial se situará en 9.200 millones de personas-. Actualmente este enorme reto solo es posible incorporando las últimas tecnologías. Para los bolivianos, estos equipos, materiales e insumos son caros, pero muy necesarios para crecer.

Gracias a la mejora de semillas y a prácticas agronómicas que se encaran en los campos de producción los rendimientos por hectárea se han incrementado en algunos cultivos. Otros esperan el trabajo que debe hacer el Estado.

En los países desarrollados está cada vez más extendido el uso de soluciones tecnológicas para lograr una agricultura sostenible que lleve a la máxima eficiencia en el uso de recursos naturales (agua, suelo, energía, fertilizantes) y que, además, ofrezca un ahorro de costos. Las nuevas tecnologías permiten cultivar cada terreno en función de las necesidades. Además, las sembradoras y tractores disponen hoy de tecnología GPS que ayuda a moverse con toda precisión por el terreno. El sistema de autoguiado proporciona ventajas como el ahorro de insumos. En el simposio, fueron coincidentes los criterios de los expertos cuando afirmaron que se trata de duplicar el rendimiento sin multiplicar el uso de recursos.

Cuidador de chivos
En una estancia ganadera del Chaco boliviano, sector de Ibibobo, nuestro lente viajero captó este cuadro donde el cuidador de los chivos es un chancho silvestre, domesticado desde muy pequeño. Acercarse a las cabras constituye un peligro, ya que el cerdo utilizando sus filosos dientes genera un ruido que provoca temor a los visitantes. Su dueño lo apodó como el cuidador de los chivos. En este espacio, presentamos todos los hechos llamativos e inusuales de la vida del campo. Los invitamos a enviarnos fotos y comentarios al correo: acamacho@eldeber.com.bo


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