miércoles, 7 de agosto de 2013

Por la ruta del palmito, del Chapare al mundo


EMPRENDIMIENTO | EL PALMITO ES UN ALIMENTO SANO Y RENDIDOR POR LO QUE SU APROVECHAMIENTO ESTÁ BENEFICIANDO A CIENTOS DE FAMILIAS BOLIVIANAS. ESTA EMPRESA ES LA MAYOR EN SU RUBRO.

Delicadeza. Trabajar con el palmito requiere manos cuidadosas y precisas que busquen lo mejor de sus tallos y lo conviertan en la delicia que hoy se exporta a varios países del mundo, por eso el 70% de los empleados que trabajan en INDATROP S.A (Industrias Agropecuarias Tropicales S.A), son mujeres. No es casualidad entonces que a cargo de la supervisión de los empleados esté una mujer, Ximena Guzmán Nina, egresada de las Aldeas S.O.S como técnica agropecuaria, y en el vivero, cuidando a cada plantín como si fuera un hijo, esté otra mujer, Elba Nogales. “Las mujeres trabajan mejor, son más dedicadas, más detallistas, es lo que necesitamos en esta industria que es tan exigente”, explica el ingeniero Enrique Luján, gerente de operaciones. Y quizá sea la alta presencia femenina la que le da a esta fábrica en particular un aire refrescante y diferente: las mujeres acuden puntuales al trabajo, no se refugian en fiestas, no beben y muchas son cabeza de familia que tienen la responsabilidad de llevar el sustento a su casa por lo que toman la labor que hacen realmente a conciencia y con una sonrisa. La presencia de las mujeres es uno de los muchos factores que ha logrado que INDATROP S.A. sea la primera empresa del país certificada con el HACCP (otorgado por la TUV Rheinland), KOSHER (otorgado por la Union of Orthodox Jewish Congregations, NY), el Registro FDA (EEUU) y el sistema de gestión ISO 9001:2008, además de obtener anualmente una de las puntuaciones más altas que otorga el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG).

La empresa, fundada en 1994, es en la actualidad la mayor fábrica boliviana dedicada al cultivo y envasado de palmito, que es comercializado bajo la marca “Campo Verde”.

El palmito es uno de los pocos productos que no debe luchar contra el contrabando y que ha crecido dentro del mercado nacional en un 30% en los últimos cinco años, aunque todavía la mayoría de la producción se exporta hacia mercados internacionales. El crecimiento de la industria del palmito en Bolivia ha aumentado en un 12% en relación a otros alimentos desde el 2009 e INDATROP S.A. ya tiene vendida su producción total con 18 meses de adelanto. El 98% de ella irá destinada a Chile, EEUU y Europa.

PALMITO BONDADOSO

Este alimento, sano desde donde se lo mire, proviene de un tipo específico de palmera plantada a partir de la variedad de semillas llamada Bactris gasipaes H.B.K. Requiere de un cuidadoso proceso de selección desde el momento mismo en que se siembra hasta que se envasa, para obtener un producto de excelente calidad y sanidad.

Al ser la zona del trópico de Cochabamba un ambiente privilegiado en clima y suelo para la producción de varios alimentos como es el palmito, INDATROP S.A. tiene extensiones propias de cultivo y también trabaja con sindicatos de productores de la zona que proveen a la fábrica de materia prima.

Bajo estrictas medidas de sanidad, la fábrica produce un aproximado de cinco millones de latas anualmente, lo que se calcula en 13.000 latas por día.

El proceso comienza con la llegada de los tallos y el conteo. Continúa con el escaldado en máquinas de vapor, el pelado y la clasificación; para luego pasar al área de envasado donde las maquinas trozan los tallos a un tamaño de nueve centímetros para que las empleadas y algunos trabajadores procedan a desfibrar, limpiar y envasar por número y grosor de acuerdo al tamaño del envase.

A estas latas se les añade líquido de gobierno (para preservarlas durante un periodo de cuatro años), se las pasa por un túnel de vapor y por máquinas remachadoras que sellan el envase, luego se esterilizan en autoclaves, se enfrían, secan y codifican.

El plan de seguridad y sanidad de esta área en especial es el más estricto, las latas envasadas se controlan mediante un software que cada cliente requiere para saber cómo ha sido el proceso de elaboración.

“El código que lleva cada lata nos permite saber desde el origen del producto, de dónde ha llegado, si es de nuestra producción o de un productor al que le compramos la materia prima, en qué línea de máquinas se ha procesado, quién lo ha envasado, etc. La primera línea de maquinaria ha sido importada desde Costa Rica y la segunda ha sido fabricada en Bolivia, explica el ingeniero Luis Alfonso Camacho, jefe de producción de la planta de INDATROP S.A.

El cultivo del palmito requiere una dedicación absoluta desde que se planta hasta que se cosecha, proceso que tarda 18 meses. Una vez cosechado, se tiene apenas 24 horas para procesarlo porque de lo contrario se malogra. Todo se aprovecha, los remanentes son utilizados como abono y también como alimento para el ganado porcino de agricultores de la zona.

Además del palmito, en INDATROP S.A., se está trabajando con piña y papaya que ya están posicionadas en el mercado nacional en su presentación de frutas con almíbar. El ingeniero Vidal Claros es el encargado de experimentar con diferentes recetas y acaba de lanzar la línea de mermeladas tropicales creadas en base a naranja, papaya y piña. Destaca por su alto contenido de fruta fresca, por su baja dosis de azúcar y por su sabor exótico.

EN CRECIMIENTO

En la finca “Campo Verde” de 500 hectáreas, 320 están dedicadas al cultivo de palmito, 100 al cultivo de cacao y el resto tiene ubicados a los campamentos, viveros y otras instalaciones que están a cargo del ingeniero Gunter Marcus, jefe de la unidad agrícola. Abocada en un principio al cultivo del palmito, hoy INDATROP S.A. se está diversificando hacia otros rubros como el cacao, que será exportado hasta Suiza y Alemania. Este cacao, cuyas semillas provienen de Ecuador, es denominado como “Fino de aroma”, tiene una alta productividad, y es una de las grandes apuestas de INDATROP S.A., y su producción está a cargo del ingeniero Osvaldo Navia.

El lema es aprovechar al máximo las cualidades de los alimentos que se producen en la zona, con el valor agregado de dar más trabajo a quienes cosechan productos alternativos a la hoja de coca.

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