martes, 9 de octubre de 2012

Usan saberes ancestrales para producción de papa



Numerosas prácticas y tecnología ancestrales de manejo de riesgos climáticos están vigentes en las comunidades de la subcentral Chillavi y se convierten en “un arsenal de estrategias campesinas socioproductivas”, destacan en la investigación del PIEB Manejando el riesgo climatológico de los Andes. El caso de las comunidades aymara quechuas de Chillavi-Ayopaya.

Entre estas prácticas se incluyen “el manejo vertical de numerosos nichos ecológicos utilizando microparcelas con aplicación de mano de obra intensiva”. Los investigadores señalan que las siembras escalonadas en los diferentes pisos ecológicos son guiadas por un sistema de predicción climática” y manifiestan que el buen funcionamiento del tiempo en las labores agrícolas de este sistema de gestión de riesgos se basa en una compleja organización de los momentos de trabajo humano.

Para el ciclo 2010-2011, las seis familias estudiadas, cultivaron en pisos ecológicos variedades de papas nativas, comerciales y procesaron chuño, cuidando que su siembra y cosecha no sea afectada por las estimaciones de heladas y sequías.

En Chillavi existen 144 variedades de papa, diez variedades de ocas y más de cinco variedades de papa lisa e isaño, pero el 79% de la superficie cultivada corresponde a la comercial waych’a. “De este modo se presentan procesos de erosión y pérdida de la biodiversidad y un riesgo para las comunidades andinas”. Una diversidad de variedades y cultivos permiten hacer frente a eventos climáticos adversos, plagas, y proporcionan una dieta más variada a la población.

Influencia que tiene el mercado

Heber Araujo, Natalie Alem Zabalaga, Rosmery Pizarro Jarro y Pablo Regalsky Mallar en su investigación alertan sobre la influencia del mercado en los procesos de erosión de la biodiversidad agrícola a pesar de que campesinos tienen sistemas de cuidar la tierra.

Hay errores al proteger los recursos genéticos

En el estudio sobre Chillavi se alerta sobre la contradicción entre la norma vigente para utilizar las semillas producidas por el Estado y la protección de las variedades nativas de la papa para una mejor alimentación de la población.

“La Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria tiene contradicciones en el planteamiento de la política de protección de recursos genéticos naturales. Por un lado, sostiene el fomento, la conservación y el incremento de la biodiversidad a través de la recuperación y crianza de semillas nativas desde los conocimientos locales.

Por otro lado, garantiza las alianzas estratégicas con sectores privados para la reproducción de semillas patentadas o registradas”.

El problema detectado en Chillavi es que “la introducción de semillas comerciales y certificadas ha intensificado el monocultivo y debilita las tecnologías de manejo de germoplasma locales” y se plantea la necesidad de “la asignación de recursos económicos en proyectos que recreen y fortalezcan el proceso de recuperación, regeneración y uso de semillas nativas desde la perspectiva de la producción agroecológica, siempre y cuando dichos proyectos respeten la necesaria autonomía de manejo de recursos por parte de las comunidades”.

Los autores también recuerdan que el conocimiento ancestral de gestión de riesgos climáticos forma parte del diálogo intercultural de saberes y la combinación de los conocimientos científicos que no se practica y debería ser una norma.

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