lunes, 28 de febrero de 2011

Rejuvenecen la semilla de papa y adaptan al durazno y la manzana

La Fundación Proinpa es otra de las organizaciones que realiza acciones en la conservación y uso de los recursos genéticos en la soberanía y seguridad alimentaria, y en la investigación e innovación tecnológica.

Las investigaciones contemplan los estudios de diversidad genética, mantenimiento y protección del germoplasma, la construcción de colecciones de núcleo, la bioprospección y el desarrollo de técnicas de conservación.

Para ingresar al Laboratorio de Microbiología de Proinpa, instalado en El Paso, es indispensable cumplir con las exigencias de inocuidad: utilizar zapatones, mandil y barbijo. El principal trabajo desarrollado por los profesionales es la recuperación de la sanidad de las semillas, principalmente de tubérculos, granos y raíces andina; y la obtención de especies más resistentes a los cambios climáticos como el caso de los frutales.

Proinpa ha desarrollado un importante trabajo en la recuperación de cerca de 2.000 variedades de papa que se encuentra en el Banco de Germoplasma.

En el laboratorio de microbiología se desarrollan cerca de 100 variedades de semilla de papa joven. La responsable Carmen Luz Villarroel explica que una de las primeras etapas del proceso es el colocado de las plantas certificadas en un tubo de ensayo. Otra de las fases es su agrupación dentro de envases de vidrio hasta lograr un tamaño establecido para su transplante. A través de un proceso genético realizado en laboratorio, con estrictas normas de calidad e inocuidad se ha logrado obtener cerca de cien variedades de papa, cuya calidad y rendimiento están garantizadas. Un proceso de innovación desarrollado en el laboratorio de microbiología es el uso de biorreactores, que ha tenido éxito porque acelera el desarrollo de las plantas.

Fuera del laboratorio las plantas son sembradas en invernaderos para obtener semillas de buena calidad y con alto rendimiento productivo. El tiempo de obtención de semilla oscila entre 90 y 150 días, dependiendo de la variedad de los tubérculos, aclara René Rivera quien añade que “en la cosecha se obtiene la primera categoría de semilla (pre-básica)”.

El costo comercial del kilo de semilla es de Bs 150 a 200; pero Proinpa la ofrece al agricultor a Bs 145. Rivera detalla que en cada kilo hay entre 80 y 120 papas de aproximadamente un centímetro de diámetro.

Explica el aporte del trabajo desarrollado en relación a la productividad: en muchas comunidades dedicadas a la producción de papa, la semilla que usan tiene menos productividad. A nivel nacional la producción de papa es cerca de 5 toneladas por hectárea. Esta cantidad se cuadruplica con el uso de semilla joven: 20 toneladas por hectárea.

En Proinpa se producen variedades que “ninguna otra empresa lo hace”. Muchas se centran en las más comerciales como la “Huaych’a”, “Imilla negra” y “Desiré” y abandonan otras variedades cultivadas en las áreas rurales más alejadas; las mismas están “envejecidas” Rejuvenecer estas variedades” e introducirlas en las zonas productoras es una de las tareas más importantes que desarrolla la institución.

El mejoramiento de semilla se hace extensiva a otros tubérculos y a raíces andinas. Asimismo, a árboles frutales especialmente de durazno y manzana. Proinpa trabaja con estos proyectos en el Valle Alto de Cochabamba. Gracias a la investigación genética desarrollada se han logrado adaptar variedades de pies y de injertos de durazno y manzana para implementar huertos madre, de los cuales se irán diseminando las especies (de muy buena calidad y resistentes) a las plantaciones comerciales.

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