miércoles, 10 de marzo de 2010

Plagas arrasan con cultivos de yuca y papaya en La Paz y Beni

Después de 40 años, y ahora que las aguas comienzan a bajar en la zona inundada del país, reapareció la mariposa nocturna, una temible plaga que arrasó en las últimas semanas con 150 hectáreas de cultivos de papaya y yuca en el norte del departamento de La Paz y Alto Beni.

El viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Chávez, visiblemente preocupado, informó que la plaga afectó el municipio de Palos Blancos, en la región de Alto Beni en el norte amazónico de La Paz, por lo que se vio la urgencia de desplegar un equipo técnico al lugar para combatir la plaga.
“No es la primera vez que han aparecido; hace 40 años han aparecido estos gusano-mariposas que han afectado plantaciones. Hemos previsto las medidas para controlar a mediano plazo con el control mecánico y botánico de esta plaga”, señaló.

Tras retornar de una inspección realizada por un equipo técnico dirigido por el viceministro Vásquez, éste confirmó que 16 comunidades de dicho municipio enclavado en la amazonia paceña, pertenecientes a las centrales campesinas de Agua Dulce, Cocochi y Puerto Carmen, son severamente atacados por una plaga ocasional que afecta a un total de 385 familias agroproductoras.

La autoridad explicó que debido a que Alto Beni está definida como una región de producción ecológica, se pretende evitar la fumigación con agroquímicos, aplicándose más bien insecticidas orgánicos elaborados en base a una variedad de ortigas como son las plantas urticantes nativas itapallu y sacha.
La plaga identificada es un gusano comúnmente conocido como cachón cachón, cuyo nombre científico es Erinnys sp, que ataca de manera agresiva a las hojas provocando el debilitamiento y la muerte de las plantas. “Sin embargo, es una plaga ocasional que se incrementa de acuerdo a la humedad y temperatura”, explicó Vásquez.

En ese marco, dijo que se conversó con los propietarios de los cultivos afectados, quienes expresaron su voluntad para abrir zanjas a fin de facilitar el trabajo de eliminación de la plaga.
“Ellos han optado por el corte del tallo afectado para que eso no se siga propagando”, dijo.

Lo que se descarta, dijo de manera enfática, es la utilización de productos químicos por tratarse de una zona de producción orgánica. “No podemos utilizar productos químicos, por lo que trabajaremos con el control mecánico y botánico a través de la utilización de las propias plantas para combatir estas plagas”.
Chávez señaló que actualmente se lleva adelante una investigación de la plaga desde que son larvas hasta que se convierten en mariposas y ponen huevos, “y a partir de ello dar asistencia técnica”, dijo.

Al ser consultado sobre cuáles son las razones para que las mariposas hayan reaparecido, afirmó que se debe a los cambios climáticos, pero que la investigación final estará concluida en dos meses, cuando se determine con claridad los motivos de su propagación múltiple.
La comisión enviada al norte de La Paz está conformada por técnicos del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) y del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag), dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.

El Viceministro de Desarrollo Rural informó que en coordinación con ambas instituciones se desarrollarán a largo plazo controladores biológicos y nuevas estrategias en el denominado Manejo Integrado de Plagas (MIP).
Entre tanto, se procederá al control mecánico a través de la limpieza de cultivos, apertura de zanjas y corte de tallos afectados, así como la aplicación de plaguicidas orgánicos.
Las polillas y mariposas nocturnas son dos de las plagas más peligrosas para el cultivo de la quinua, entre las que se encuentran las almakepis, rafaelitos y qhurus.

FAO dona 300 toneladas de afrecho de soya
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO− Bolivia) donó en las últimas horas 300 toneladas de afrecho de soya para el ganado afectado por las inundaciones en el departamento de Beni, informó ayer el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Chávez.

La autoridad explicó que la donación se suma a las 80 toneladas de forraje que el Gobierno traslada desde la ciudad de Santa Cruz a Beni para socorrer al ganado afectado por las riadas e inundaciones.
“Hemos dispuesto 50.000 vacunas antiaftosa y 50 técnicos veterinarios para casos de emergencias”, precisó Chávez. Del mismo modo, anunció que en los próximos días serán trasladadas a las zonas de inundación seis toneladas de sales minerales que servirán para la recuperación de los animales.

“El pueblo debe estar tranquilo porque las pérdidas han sido mínimas; hubo 1.800 cabezas que se han perdido, lo que equivale al 0,6 por ciento. Las aguas ya están bajando y esto implica que va a seguir bajando, lo que sí es que habrá problemas de alimentación”, sostuvo la autoridad.
El director del Senasag-Beni, David Molina, informó que el hambre comienza a sentirse en el ganado y la mortalidad en las crías.

ONU destina $us 2,5 millones para desastres
El Fondo Central para la Respuesta a Emergencias de las Naciones Unidas (CERF, por su sigla en inglés) dispuso de casi 2,5 millones de dólares para paliar los efectos de las inundaciones producidas en Bolivia en la actual temporada de lluvias.

Dichos recursos serán destinados a la alimentación y agricultura, a refugios de emergencia, a dotación de agua segura, saneamiento e higiene, educación y protección, y a salud y nutrición de aproximadamente 15.300 familias afectadas por el fenómeno climático El Niño. Los recursos del CERF serán utilizados para continuar actividades esenciales que salvarán vidas en las áreas más afectadas de Bolivia.
Desde octubre del año pasado, el país ha sufrido los efectos de El Niño, que se caracterizó por sequías e inundaciones más fuertes. Las condiciones climáticas adversas se intensificaron significativamente desde enero, lo que hizo necesario que el Gobierno declare situación de emergencia nacional el 19 de ese mes.

Bolivia se encuentra en el área de influencia de El Niño, el fenómeno climático que ha tenido impactos recurrentes en el occidente de América del Sur. En los últimos cinco años, Bolivia ha sufrido cuatro grandes olas de desastres naturales como los descritos debido al fenómeno. Lluvias intensas en las tierras altas, en el occidente de Bolivia, resultaron en el rebalse de ríos y en deslizamientos. En las tierras bajas, las lluvias intensas combinadas con rebalse de corrientes provenientes de las tierras altas provocaron inundaciones en la compleja red de ríos de la cuenca amazónica. Estos eventos han causado grandes daños a más de 40.000 familias, sus viviendas, cultivos, a carreteras y otra infraestructura y servicios básicos.
Las víctimas son más de 38.600 mujeres, casi 37.900 hombres, más de 3.800 jóvenes y casi 2.300 niños y niñas menores de seis años, distribuidos en comunidades vulnerables en los departamentos de Cochabamba, Beni, Santa Cruz, La Paz y Chuquisaca.

Según el viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco, las áreas rurales, campesinas de subsistencia, poblaciones indígenas, hogares periurbanos pobres fueron los más vulnerables a los impactos de estos eventos climáticos. Las cifras oficiales anotan 15 muertos y cinco desaparecidos.
Un total de siete agencias del Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia (PMA, Unicef, OIM, FAO, OPS/OMS, UNFPA y PNUD) coordinan estrechamente las actividades de respuesta a emergencias junto con los centros operativos de emergencias departamentales y municipales.

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