miércoles, 16 de septiembre de 2009

Uno de cada cuatro trabajadores de la zafra de la castaña es menor

Uno de cada cuatro trabajadores en la zafra de la castaña en los departamentos de Beni y Pando es niño o adolescente, según el estudio “Sin tiempo para soñar”, del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla).

Esta investigación fue presentada ayer por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), la fundación Hivos y el Ministerio de Trabajo.

El trabajo se realizó en tres municipios de Pando y uno de Beni: Puerto Gonzalo Moreno, San Lorenzo, Puerto Rico y Riberalta, respectivamente. Silvia Escóbar, coordinadora de la pesquisa del Cedla, explicó que en esta zona se concentra el mayor número de castañeros.

En esa región, la población dedicada a esta actividad es de 4.697 personas, de las cuales 1.600 son menores de edad que trabajan en beneficio de la castaña, “lo que representa un cuarto de la población zafrera”.

Una de las consecuencias de ese régimen laboral es que los niños sufren de enfermedades como la malaria y el paludismo, que no son atendidas y tratadas médicamente.

Entre las causas del trabajo infantil se pueden mencionar, según las conclusiones del estudio: la pobreza, que afecta a más del 80 por ciento de estos obreros, y el hecho de que son mano de obra barata y dócil.

En Bolivia están prohibidas, de acuerdo con el Código Niño, Niña y Adolescente, las actividades laborales de niños en la zafra de la castaña, recolección de algodón y colecta de caña de azúcar por considerarlas peligrosas e insalubres por las condiciones en que se llevan a cabo.

El ministro de Trabajo, Calixto Chipana, dijo que el trabajo infantil debe ser erradicado del

país, especialmente el de la zafra de la castaña, que está entre las peores formas.

Anunció que la próxima semana emitirá un decreto para prohibir diez formas de trabajo infantil. Aunque no quiso adelantar cuáles, enumeró que incluirá la minería y las zafras de castaña, de algodón y de azúcar. La norma incluirá castigo a los infractores.

Preocupante

“El trabajo de niños, niñas y adolescentes es uno de los temas más críticos y preocupantes en el país por la precariedad y explotación a la que son sometidos. Esa forma de trabajo vulnera los derechos de los menores ”, afirmó Gordon Jonathan Lewis, representante de Unicef en Bolivia.

Para el especialista, es una obligación que la sociedad y el Gobierno nacional velen los derechos de los pequeños.

El horario del trabajo en la zafra perjudica la culminación de sus estudios, explicó Escóbar. “Es que ingresan a la zafra a las dos y salen a las cinco de la mañana, lo que hace que se duerman en el curso y como no atienden los temas, al final no tienen un buen rendimiento y repiten el curso”. Otros trabajan durante siete horas diarias.

La tasa de culminación de los estudios primarios, entre 13 y 14 años de edad, alcanza al 32 por ciento; pero de secundaria sólo llega al 18,7 por ciento entre los 17 y 18 años.

Por cada zafrero que trabaja directamente, además, hay uno o dos familiares (hijos) “cuartos” o ayudantes.

Guillermo Mendoza, diputado de UN y presidente de la Comisión de Política Social de la Cámara Baja, indicó que esa instancia y el Gobierno consideran que efectivamente hay esclavitud infantil, lo que debe llevar a una profunda reflexión y a desarrollar “acciones que puedan mitigar en algo las dificultades en la vida de los niños”.

Los datos

Los niños participan en la zafra en la recolección y acumulación de cocos.

También en el partido de los productos y en la extracción de la semilla.

Los menores cargan las cajas llenas de castaña hasta los centros de acopio.

Cada niño o adolescente lleva dos cajas, cada una con un peso de 23 kilos.

Algunos de los niños, niñas y adolescentes trabajan hasta siete horas diarias.

En el norte del país, hay 24 empresas que se dedican a la zafra de la castaña.

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