miércoles, 27 de agosto de 2008

Analistas destacan a bolivianos exitosos


El porteño es un cliente que por sobre todas las cosas busca calidad y buena presentación de los alimentos que va a consumir.
Ante estas premisas los productores bolivianos de hortalizas trabajan con semillas importadas de Brasil y la Unión Europea para obtener los productos más competitivos del Gran Buenos Aires.
Para el director de la Fundación Milenio, Napoleón Pacheco, el éxito de los agricultores bolivianos en Argentina se debe a que fueron capaces de entender la lógica exigente del mercado argentino.
“Nuestros compatriotas, con la experiencia de haber trabajado en alguna ocasión en el agro, llegaron a Buenos Aires, donde debieron aprender a producir a gran escala y a responder las demandas de este enorme mercado (15 millones de personas). Ése fue su mejor logro”, sostuvo.
Pacheco remarcó que para Bolivia la emigración de estos nuevos ‘reyes de las hortalizas’ significó una pérdida de capital humano difícil de suplir.
A su vez el sociólogo José Martínez destacó que los emigrantes de pueblos altos (Potosí, Oruro y La Paz) son básicamente agricultores, y el factor de su éxito en Buenos Aires se apoya en esta experiencia agrícola, aunque aclaró que ante la demanda del mercado de Buenos Aires, los bolivianos tuvieron que lograr nuevas aptitudes.
Cabe recordar que en la publicación de ayer, en la revista Dinero y Finanzas (D&F) se destacó que la producción y comercialización de las hortaliza, en Buenos Aires, un 80% tiene ‘sello boliviano’, y que este negocio genera $us 250 millones al año y 300.000 puestos de trabajo.

En Buenos Aires

- El grueso de los inmigrantes en Argentina son de Potosí, Cochabamba, Oruro y La Paz. Hay una pequeña cantidad de tarijeños y chuquisaqueños.
- Los productores de Escobar, todos de Potosí, comparten la política del actual Gobierno y consideran que las peleas regionales son impulsadas por unos pocos dirigentes de occidente y oriente.
- En el último referéndum los ‘quinteros’ indicaron su deseo de votar. Al saber que este medio es de Santa Cruz, demandaron información sobre las autonomías y los estatutos.
- La no llegada de diarios bolivianos a Buenos Aires provoca desinformación entre los ‘quinteros’ que tienen una visión parcializada de lo que ocurre en nuestro país.
- Decir camba en el Gran Buenos Aires provoca miradas serias y risas nerviosas entre los ‘quinteros’.

domingo, 24 de agosto de 2008

Nuevos ‘reyes’ de las hortalizas en Buenos Aires

Llegar al sur de la provincia de Buenos Aires y encontrar hectáreas y hectáreas sembradas con acelga, lechuga y apio es algo que muchas veces no se ve y menos que los propietarios de estas plantaciones sean extranjeros que con el paso del tiempo se han convertido en los nuevo ‘reyes’ del negocio de las hortalizas
Estos amos y señores de la horticultura, en tierras argentinas, son los bolivianos que a base de trabajo e ingenio han logrado abrirse paso en una sociedad donde hay el estigma de que lo boliviano está ligado al fracaso.
El Gran Buenos Aires fue el escenario de investigación periodística que durante diez días realizó la revista Dinero&Finanzas (D&F) y que este martes, 26 de agosto, usted podrá leer.
Las localidades de Escobar, La Plata, Campana, Zárate, Luján, Florencio Varela y Morón, entre otras zonas, son testigo del avance silencioso de los bolivianos que desde hace 30 años vienen aprendiendo el secreto de la horticultura, que desde 1920 estaba dominada por españoles, italianos y, luego de la Segunda Guerra Mundial, los portugueses.
Impresiona ver cómo las cifras, los testimonios de especialistas, las historias de los quinteros y de los consumidores de hortalizas confluyen en un solo camino para confirmar que en Buenos Aires si se come lechuga fresca, sabrosas espinacas o tentadores tallos de apio es gracias a nuestros compatriotas que día a día son los proveedores mayoristas de estos alimentos.
No es gratuito que el Gobierno del vecino país, a través del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), haya puesto en marcha el programa Cambio Rural, con un presupuesto para este año de $us 200 millones, y que la comunidad más beneficiada por este apoyo técnico sea la boliviana.
“El Gobierno sabe dónde invertir y los quinteros son la mejor inversión, si se quiere seguir teniendo hortalizas en Buenos Aires”, señaló Luis Balcaza, técnico del INTA.
Conocedor de este potencial productor, los bolivianos del Gran Buenos Aires, que a diferencia del compatriota de la ciudad, se muestran orgullosos por sus logros y reclaman de forma activa el respeto y reconocimiento de los porteños y bonaerenses. “Hay discriminación, pero cuando los argentinos saben que cada vez que comen sus ensaladas es gracias a nosotros, eso es un sabor a revancha”, señaló Alejandro Huanca, productor de hortalizas.







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jueves, 21 de agosto de 2008

En congreso se debatirán efectos de la enfermedad roya en la soya

Debido a la gravitación en la producción y rendimiento en los cultivos de soya, la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) realizará, el 2 y 3 de septiembre, el primer 'Congreso Boliviano de Roya Asiática en Soya', evento en el que se debatirán los pormenores de la plaga.
De acuerdo con los organizadores, se discutirán trabajos de investigación de expertos como Claudia Vieira Godoy y Fernando Adegas, profesionales de Embrapa-Soya (Brasil); Daniel Ploper, de la estación experimental Obispo Colombres (Argentina); Alan McCracken, experto en fumigación aérea (EEUU); y Wilfrido Morel, de la Dirección de Investigación Agrícola-DIA (Paraguay).
El gerente general de Anapo, Rolando Zabala, explicó que los soyeros perdieron alrededor de $us 100 millones en la última campaña por la roya.

miércoles, 13 de agosto de 2008

El veto a las exportaciones llena los silos

Los centros de acopio de grano de Santa Cruz están a punto de colapsarse debido al 'sobrealmacenamiento' de maíz y sorgo en los silos y galpones porque está prohibida la exportación de esos productos. La situación se agudiza tomando en cuenta que en breve se iniciará la cosecha de girasol.
Pablo Volpe, asesor de empresas agrícolas, dijo que la falta de acceso a mercados hizo que el sorgo y el maíz ocupen los silos y que en los próximos meses habrá problemas por la sobreproducción de girasol. Se espera una producción de 450.000 t contra 318.000 t del año pasado.
“No creo que los silos sean suficientes; la solución será guardar en silos-bolsa y esto afectará los precios. En uno a dos meses se verá la figura clara cuando se coseche trigo y girasol, pero con la soya de invierno se va a colapsar todo el sistema”, reveló.
Mamerto Cortez, gerente de la Asociación de Productores de Maíz, Sorgo y Frejol, indicó que el veto a las exportaciones fue una acción política sin asidero técnico. “Cuando un Gobierno lanza este tipo de medidas, sin conocer las consecuencias, provoca este daño que va en desmedro de los pequeños productores porque no pueden almacenar”, sostuvo.
Sobre la posibilidad de que ello provoque una caída en los precios, señaló que se han mantenido, pero le preocupa el futuro, porque al desincentivar la producción se tendrá que importar.
Demetrio Pérez, vicepresidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo, reconoció que hay problemas muy serios para almacenar, pese a que existe una capacidad total de 1,4 millones de toneladas en 50 silos. “Los productores grandes almacenarán en silos-bolsa, pero los pequeños y medianos tendrán que vender a cualquier precio”.
Rolando Ábrego, administrador de ventas y servicios de Desarrollos Agrícolas (Desa), explicó que hay una sobredemanda de espacio para girasol. “No tenemos espacio para brindar almacenaje a ningún cliente”.
José Luis Landívar, gerente de agronegocios de Desa, aseveró que como compañía no tienen dificultad porque cuentan con sus propias baterías de silos en Pailón y Cuatro Cañadas.
Sobre la posibilidad de que los productores construyan silos, el asesor Pablo Volpe dijo que en el campo falta gas para los secadores porque no se utiliza carbón y que el hierro es caro.
Se llamó varias veces a la ministra de Agricultura, Susana Rivero, para conocer su versión, pero su asistente indicó que estaba en reunión.

El girasol apunta a afectar el sistema

- Datos de la Asociación de Productores de Oleaginosas indican que la capacidad total de los silos es de 740.000 toneladas, de las que ya se tienen cubiertas 600.000. Según Anapo, los más afectados por la falta de capacidad de almacenamiento serán los pequeños productores.

- Exportación: El 19 de marzo, el Gobierno aprobó el Decreto 29480, que prohíbe la exportación de aceites comestibles (crudos y refinados).

- Se ha mantenido la superficie de siembra de la campaña de invierno 2008, pese al veto en la exportación de maíz y sorgo. Así se sembraron 40.000 ha de sorgo y 52.000 de maíz.

- Promasor advierte que el quintal de maíz en los países vecinos se cotiza en Bs 80 y 90, cuando en Bolivia cuesta Bs 55; pero ahora se desincentiva la producción.

- Los productores medianos y grandes reservan espacios de almacenaje hasta dos meses antes de la cosecha o tienen silos-bolsa.

- El Gobierno ha previsto la construcción de silos, pero depende del Presupuesto General de la Nación reformulado.

El nuevo PGN contempla $us 400 millones
El Presupuesto General de la Nación (PGN) reformulado crea 14 fideicomisos por más de $us 400 millones para garantizar la seguridad alimentaria y el apoyo al sector productivo.
El PGN autoriza la incorporación de los ingresos y gastos que requiera el funcionamiento de las empresas estratégicas y aprueba la compra de silos, plantas procesadoras de alimentos, galpones, depósitos de alimentos e infraestructura de comercialización. El proyecto terminó de ser elaborado por el Ejecutivo y debe ser enviado al Congreso para su análisis.
En el Ministerio de Planificación del Desarrollo dijeron que las nuevas inversiones en el sector productivo para frenar la inflación dependerán del PGN reformulado.

martes, 12 de agosto de 2008

ORNAMENTALES

Hay pruebas históricas del cultivo prehispánico de especies ornamentales, como Dahlia, Tagetes y otras en México, pero fue en los dos últimos siglos cuando un gran número de especies americanas se introdujeron al cultivo, primero en Europa y luego en Estados Unidos, muchas de las cuales han sido alteradas genéticamente. Entre las familias que han provisto un mayor número de especies, están las Aráceas, Bromeliáceas, Cactáceas y Palmeras. Otras familias de importancia comercial son las Amarilidáceas (Hymerocallis, Hippeastrum, Zephyranthes), las Compuestas (Cosmos, Tagetes, Zinnia), y las Solanáceas (Browallia, Brugmansia, Nierembergia, Petunia, Salpiglossis). Numerosos géneros en familias muy distintas contienen especies de cultivo extenso: Canna, cleome, Euphorbia, Fuchsia, Ipomoea, Salvia, Verbena. Revisten especial importancia las ornamentales originarias de América del Norte, de géneros como Calochortus, Gaillardia, Lewisia y otros, cuyo cultivo se inició en la época colonial y se expandió rápidamente a otras regiones templadas.

lunes, 11 de agosto de 2008

El DESAFIO DE LA CONSERVACION

¿Qué puede hacer una región formada por más de 30 países independientes, con serios problemas en todas sus áreas de desarrollo, para mantener lo más integralmente posible el germoplasma de unas 350 especies cultivadas? Es mucho lo que se está haciendo a nivel nacional y regional, especialmente en los cultivos prioritarios que despiertan interés mundial. Sin embargo, la capacidad de producción de alimentos del mayor número de cultivos aún no ha sido estudiada.


La preservación de este acervo genético es una tarea compleja, que requiere la responsabilidad compartida de instituciones nacionales y entidades regionales e internacionales, así como decisiones políticas que garanticen la conservación permanente del germoplasma. Como la gran mayoría de los cultivos tropicales tienen semillas recalcitrantes o son de propagación vegetativa, su conservación tendría que hacerse en colecciones vivas. Se requerirá desarrollar nuevas técnicas en el establecimiento y manejo de las colecciones, y su duplicación en sitios diferentes. Como muchos de los cultivos de los trópicos americanos son exóticos, se necesitará más germoplasma y una política internacional de introducción e intercambio. Esta riqueza genética asegurará en el futuro una alimentación rica y variada, y una fuente de productos industriales para los usos más diversos.


La preservación del germoplasma autóctono de América tropical dependerá también del establecimiento de bancos de germoplasma y áreas protegidas. Se basará en el desarrollo de mercados y de tecnología para el manejo agronómico y la preparación para el consumo. Será preciso encontrar usos más diversificados que amplíen el mercado, y lanzar campañas de información acerca de su valor nutritivo y de sus cualidades organolépticas, basadas en los conocimientos tradicionales. Con este fin será preciso intensificar las investigaciones etnobotánicas, y desarrollar un estudio sistemático del manejo agronómico y de las tecnologías de preparación del producto. Ejemplos recientes demuestran que con poco esfuerzo y tiempo algunos cultivos marginados se han podido convertir en artículos para la venta en supermercados. También se han visto fracasos notables por falta de planificación y experiencia. Pero, en los casos de éxito, los enfoques tradicionales relativos a las colecciones vivas y los bancos de semillas se han asociado con la investigación del manejo agronómico y la comercialización.

En el cuadro 1 se enumeran las plantas origibnarias del Nuevo Mundo. Dicho catálogo quedaría incompleto si no se mencionaran las ornamentales y las medicinales.

sábado, 9 de agosto de 2008

CAMBIOS DESDE EL AÑO 1500

Varios procesos afectaron radicalmente el estado de los recursos genéticos después del Descubrimiento. Su acción varió de un cultivo a otro, fue también desigual según la región, y su intensidad ha sido diversa de acuerdo con la época. Resulta difícil valorar el impacto de esos procesos, así como tener una idea exacta de las pérdidas de germoplasma. Por pruebas históricas se sabe que algunas especies desaparecieron del cultivo, pero no es posible evaluar las pérdidas a nivel de cultivares.


Dos nuevos procesos se observan inmediatamente después del Descubrimiento. El primero fue la introducción del ganado, que condujo a una explotación extensiva, que aún subsiste en algunas regiones de América Latina dentro de marcos coloniales. La ganadería extensiva ocupó primero las tierras de cultivo que los indios abandonaron por la presión de la Conquista o por la despoblación debida a enfermedades. Para sostener la explotación ganadera en las tierras altas se introdujeron especies euroasiáticas de forrajes, y en las tierras bajas, pastos africanos, algunos de los cuales se conviertieron en las peores malezas y eliminaron prácticamente a los pastos nativos.


El segundo proceso fue la introducción de cultivos de exportación —caña de azúcar, índigo, café, banano, palma de aceite—, que se establecieron talando bosques primarios o en terrenos agrícolas destinados a cultivos de subsistencia. Los monocultivos se trasformaron, por la siembra densa y las prácticas agronómicas, en verdaderos desiertos de biodiversidad.


Los procesos de urbanización, si así se puede llamar a la construcción de habitaciones y vías de trasporte, han afectado seriamente la preservación de los recursos genéticos, ya que en América Latina la expansión de las ciudades se ha hecho, en la mayoría de los casos, alrededor de los centros antiguos de población, que estaban circundados por campos donde se practicaba una agricultura intensiva y variada. La urbanización ha provocado cambios en la alimentación, que han disminuido el consumo de alimentos tradicionales.


Las repercusiones que el cambio de variedades ha determinado en la supervivencia de los recursos genéticos han sido de menor importancia en América tropical. En primer lugar, por la falta de programas de mejora genética o selección, en la gran mayoría de los cultivos. En segundo lugar, por la resistencia de los agricultores a adoptar nuevas variedades, especialmente para los cultivos alimenticios. (Los agricultores suelen dudar de las propiedades de las variedades mejoradas cuando no están cabalmente informados acerca de las modalidades de su manejo, y esta incertidumbre les hace preferir las variedades tradicionales.)


Otro factor que ha favorecido la diversidad genética es la siembra de mezclas de cultivares, para asegurar la cosecha de por lo menos uno de ellos. El aspecto estético de esta práctica se refleja en la diversidad de formas, colores y tamaño de frutos, tubérculos y otros productos. En algunos casos los hábitos alimenticios y la superioridad nutritiva y culinaria de los cultivares primitivos han contribuido a su supervivencia.

viernes, 8 de agosto de 2008

DISTRIBUCION DE LA DIVERSIDAD GENETICA

Los recursos genéticos de las plantas cultivadas no tienen una distribución uniforme. Están concentrados en las regiones tropicales y subtropicales, en mayor número de especies y variedades, y son escasos o faltan del todo en áreas muy extensas de las zonas templadas. Vavilov fue el primero en señalar dicha irregularidad en la distribución geográfica, y aunque su explicación ya no es aceptada, su definición de zonas de alta riqueza en recursos genéticos sigue siendo válida y útil. Hay una relación estrecha entre los ocho centros que Vavilov señaló como áreas de alta diversidad y el estado de la agricultura en la época del Descubrimiento. A la llegada de los europeos había en América dos regiones de agricultura avanzada: Mesoamérica, con un área nuclear en México-Guatemala, y los Andes, con un zona similar en el sur del Perú. No sólo la agricultura estaba más avanzada en esas dos regiones, sino también la industria, comercio, comunicaciones y desarrollo urbano. En ellas el progreso agrícola se caracterizaba por el alto número de plantas cultivadas, el reducido número de animales domésticos, el desarrollo del riego y la conservación del suelo, las herramientas adaptadas al trabajo del campo, (para el cual no se contaba con animales de tiro), y una tecnología para la conservación de alimentos mucho más avanzada que la que existía en Europa.


Mesoamérica y los Andes no tenían una comunicación cultural directa. Estaban separados por una región intermedia, que incluía gran parte de América Central y del noroeste de América del Sur, cuyo desarrollo cultural era mucho menor. Había varias plantas que se cultivaban en las dos regiones, lo que representa un substrato común a todo el continente.


El maíz ha sido la planta de cultivo más extenso: desde la desembocadura del río San Lorenzo, en Canadá (52° lat. N), hasta el centro de Chile (35° lat. S), y desde el nivel del mar hasta los 3 900 m de altitud. Los frijoles, Phaseolus vulgaris y P. lunatus, cubrían un área semejante; este último se cultivaba hasta las costas de Brasil. También eran comunes el tabaco y los aguacates. Es de interés indicar que de los géneros Amaranthus, Capsicum, Cucurbita, Gossypium, Physalis, Pachyrrhizus se domesticaron especies diferentes en Mesoamérica y los Andes.


La botánica, la arqueología y la historia han permitido comprobar que ambas regiones tuvieron en sus áreas nucleares un número significativo de especies cultivadas autóctonas; algunas de ellas todavía se encuentran sólo en esas zonas. Las áreas nucleares estaban rodeadas por otras de condiciones ambientales diferentes, en las cuales había plantas domesticadas de origen local. De ello resulta una norma de distribución según la cual el número de especies y variedades cultivadas disminuye de la región nuclear hacia la
periferia.


Al componente local del germoplasma en las áreas nucleares y adyacentes hay que agregar la contribución foránea, a través de introducciones hechas en diferentes épocas y de distintas procedencias. Antes del Descubrimiento ya se cultivaban en Mesoamérica y los Andes la yuca, el camote, el maní y el achiote, posiblemente originarios de otras áreas del continente, y la calabaza (Lagenaria siceraria), probablemente de origen africano, utilizada, desde Estados Unidos a Argentina, solamente por sus frutos, que servían de recipientes. Este proceso de difusión comenzó, en las primeras etapas de la agricultura, por intercambios, robo, guerras y conquistas entre las poblaciones primitivas. El éxito de las introducciones dependió de la capacidad de adaptación de las especies a nuevos ambientes, y de su aceptación por los consumidores. El caso del plátano es ejemplar; fue introducido al inicio del Descubrimiento, y su expansión en América tropical precedió en diez años el desplazamiento de los conquistadores. De menor efecto pudo ser la difusión de cultivares que resultó de la emigración, voluntaria o forzada, de comunidades humanas, pero hay pruebas históricas que la confirman. La concentración de recursos genéticos en Mesoamérica y los Andes, que en el momento de la Conquista eran los asientos de dos imperios muy extensos, se puede explicar por la acumulación de germoplasma durante una larga historia de domesticaciones locales, y la adaptación de cultivos foráneos, en base a unas pocas especies cultivadas comunes a las dos regiones.


Estas dos áreas de concentración intensa de germoplasma ocupan sin embargo una superficie muy reducida. Fuera de los trópicos, al norte de Mesoamérica, hubo pocas domesticaciones aisladas: girasol, aguaturma (Helianthus tuberosus), Iva annua, Proboscidea parviflora, Chenopodium sp., de las cuales sólo las dos primeras se conocen en otras regiones.


La región intermedia se extiende en América del Sur abarcando las cuencas del Orinoco, Amazonas y Paraguay-Paraná. Esta inmensa región cubre las áreas de mayor riqueza en diversidad de especies y ambientes en el continente. En ella se domesticaron especies de importancia mundial: yuca, camote, piña, maní, y muchas de cultivo incipiente. A pesar de su enorme extensión no existen áreas nucleares con alta concentración de germoplasma, y sólo en el alto Amazonas hay una zona indefinida de plantas autóctonas aún en estado incipiente de cultivo. Existen pruebas arqueológicas de una ocupación humana antigua y extensa en la región intermedia, en edad comparable a las ocupaciones en Mesoamérica y los Andes, pero ningún grupo humano alcanzó una cultura paragonable a la de estas civilizaciones. Para explicar la ausencia de una agricultura avanzada, se puede aducir que en ciertas regiones, por ejemplo la Amazonia, imperan condiciones naturales, como la abundancia de recursos alimenticios en plantas y animales que eran suficientes para abastecer a una comunidad, asegurándole durante todo el año una nutrición equilibrada; y que la baja fertilidad de los suelos, las crecidas de los grandes ríos y las sequías prolongadas no favorecieron el desarrollo de una civilización sólidamente arraigada.


Finalmente, en el extremo sur del continente, ya fuera de los trópicos, hubo domesticaciones aisladas. En Chile se cultivaron los cereales Bromus mango y Elymus sp., hasta que los cereales europeos los reemplazaron por completo; una oleaginosa, Madia sativa, se cultivó hasta el siglo xviii. En Argentina y Brasil se inició el cultivo de una hortaliza de importancia mundial, Cucurbita maxima.


Las Antillas no fueron una fuente importante de plantas cultivadas. Sólo el mamey, Mammea americana, que parece tener origen antillano, crece silvestre en las Antillas Mayores, donde se conoce con el nombre de taíno. Es dudoso que el arrorruz (Maranta arundinacea) fuera domesticado en las Antillas Menores como se ha sugerido; pudo más bien haber sido introducido desde América del Sur. Las Antillas, especialmente
La Española, fueron los sitios donde los europeos conocieron primero un buen número de las plantas cultivadas americanas, adoptando para ellas los nombres indígenas, que luego difundieron por todo el continente.

jueves, 7 de agosto de 2008

RELACIONES CULTURALES

Es evidente que ni la riqueza florística ni la diversidad de las grandes formaciones vegetales son factores primarios en la domesticación. Ambas condiciones pueden más bien ser negativas; la primera, porque en una gama amplia de productos es fácil encontrar sustitutos si alguno de ellos escaseara; la segunda, porque la abundancia de un producto en una formación natural hace innecesaria su domesticación.


Aunque no puede establecerse con seguridad qué especies se cultivaban en América antes de 1492, su número se estima entre 250 y 300. La gran mayoría de ellas están aún en un estado incipiente de cultivo, y no se les podría aplicar la categoría de domesticadas, si se siguen las normas establecidas por ciertos especialistas que limitan este concepto sólo a las especies que han sido objeto de mejora genética. Pero si se admite que la relación entre el hombre y las plantas cultivadas tiene un sentido más amplio, el desarrollo y aplicación de prácticas de cultivo y la invención de técnicas de utilización, como factores del proceso de la domesticación de una especie, se pueden considerar tanto o más importantes que la mejora genética.


En América tropical la pobreza de los testimonios arqueológicos e históricos hacen muy difícil determinar los factores que indujeron a la domesticación, y a establecer si ésta estuvo circunscrita en el tiempo, o si se trató de un largo proceso, si ocurrió en un solo lugar o en varios, y si se realizó sólo una vez o se repitió en épocas distintas.


La domesticación en el Nuevo Mundo pudo deberse a las mismas causas que se cree operaron en el Viejo Mundo: escasez de recursos de recolección, pesca y caza; presión demográfica; cambios ambientales, o trasformaciones culturales. También se pueden mencionar causas secundarias, como la comodidad de tener un recurso más a mano que irlo a buscar en el bosque, especialmente si sólo requería manejo y propagación fáciles.


Una vez pasada la etapa inicial de domesticación, la expansión de los cultivos expuso a las especies a nuevas fuerzas de selección e incrementó su diversidad. La expansión pudo hacerse por difusión o por emigración, como se describirá más adelante.

martes, 5 de agosto de 2008

BIODIVERSIDAD DE LA FLORA AMERICANA

La biodiversidad de las plantas de los trópicos americanos comprende dos aspectos, aún no del todo estudiados. El primero es la diversidad de tipos de plantas determinada por la adaptación a un ambiente de mucha competencia, complejo e inestable. A esas condiciones las especies han respondido creando hábitos (epifitismo, parasitismo) que implican cambios completos en el organismo, o adaptando órganos como en las lianas o las plantas flotantes, que se acomodan a necesidades más restringidas.


El segundo aspecto, la riqueza en familias, géneros y especies, ha sido más estudiado, pero los inventarios hechos en el Nuevo Mundo cubren sólo países o regiones muy pequeñas, lo que permite apenas tener una idea de la situación total. Es bien sabido que la riqueza florística aumenta de las latitudes bajas hacia el ecuador, y que alcanza, así como la diversidad de formas biológicas, su nivel más alto en los trópicos húmedos. Se puede estimar entre 60 000-70 000 el número de especies de plantas superiores en los trópicos del Nuevo Mundo. Dentro de ellas un porcentaje muy alto corresponde a familias como las Compuestas, Orquídeas, Rubiáceas, Ciperáceas, Aráceas y Melastomatáceas, que son pobres en órganos que suplen materiales para la alimentación o la industria. Es de esperar, en consecuencia, que no haya correlación entre la riqueza florística de una región y el número de plantas domesticadas en ella. Así, en Costa Rica, con cerca de 10 000 especies de plantas superiores, sólo se domesticó una especie. En Ecuador, cuya riqueza florística no tiene paralelo en el continente, se presume que sólo se domesticaron cuatro especies. Por otra parte, las áreas con mayor riqueza florística son las que ofrecen mejores perspectivas para la utilización futura, especialmente en la industria.

El Día Nacional del Trigo se viene con variada actividad agrícola

La Cooperativa Agrícola Integral de Okinawa (Caico) y la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) presentaron la XV versión del Día Nacional del Trigo, evento que se desarrollará este viernes en la localidad de Okinawa, considerada capital triguera de Bolivia.
Para el evento se tiene contemplada la promoción de productos en el área ferial y demostración en campo: fertilización foliar y de base, muestra de variedades y líneas promisorias de trigo, manejo y control de enfermedades, y oferta de paquetes tecnológicos por parte de casas comerciales.
La superficie sembrada de trigo en la campaña de invierno 2008 es de 74.000 hectáreas y se espera cosechar 140.000 toneladas. En 2007 se sembraron 55.000 hectáreas y se cosecharon 102.740 toneladas.
Santa Cruz destina el 90% de su producción para molienda, mientras que Chuquisaca, Potosí, Cochabamba, Tarija y La Paz alcanza un 32%.

lunes, 4 de agosto de 2008

Repercusiones de la introducción de la flora del Viejo Mundo en América, y causas de la marginación de los cultivos

El efecto que causó en Europa la difusión de cultivos americanos como la papa, el maíz, el girasol y el tomate, así como el uso extensivo de productos agrícolas derivados de otras plantas americanas como el algodón, el cacao y la grana cochinilla está bastante bien documentado. Menos conocidos son los efectos que ha causado en América la introducción de cultivos y productos de otras partes del mundo. En este capítulo se tratará de analizar la marginación de plantas autóctonas en Iberoamérica, especialmente a causa de la introducción de cultivos, productos y técnicas agrícolas e ideas europeas, así como de su desarrollo local posterior.
El estudio de la marginación de los cultivos autóctonos a raíz de la conquista de la mayor parte de América enfrenta diferentes problemas:

• Dificultades de tipo conceptual sobre términos como planta cultivada, marginación y otros

• Destrucción de los vestigios prehispánicos relativos al estadio alcanzado por la agricultura en el momento de la llegada de los europeos al nuevo continente (las versiones de los vencedores, que son las que se han transmitido principalmente a la posteridad, carecen de objetividad).

• Diversidad de acontecimientos y procesos contradictorios que han tenido lugar en el subcontinente iberoamericano durante los últimos 500 años, y dificultad de llevar a cabo un análisis general del fenómeno.

• Extensión y diversidad natural, cultural e histórica de Iberoamérica, que requerirían un enfoque regionalizado del proceso de marginación de plantas.Desde el punto de vista económico, tiene grandes perspectivas el que varias plantas marginadas se aprovechen de una manera más intensiva, ya que tanto la sociedad moderna como las comunidades tradicionales requieren de productos vegetales adicionales para satisfacer numerosas necesidades. El estudio de la agricultura tradicional está aportando información y materiales muy valiosos que refuerzan las tendencias modernas de buscar un desarrollo agrícola sostenible. Esta investigación también beneficia a la biología y a la agronomía, aportando conocimientos sobre la evolución bajo domesticación, adaptación de cultivos, técnicas de producción y fronteras agrícolas.

Existen datos muy ilustrativos sobre el alto número de plantas utilizadas en algunas áreas americanas a la llegada de los europeos, y sobre las que se utilizan hoy día en las comunidades campesinas tradicionales. En el Códice florentino, se citan 724 plantas de las cuales sólo 382 se han podido identificar botánicamente.

Actualmente, una comunidad totonaca utiliza 325 especies de un total de 482. Los seris, tarahumaras y huastecos emplean como alimentos 75, 137 y 201 especies nativas respectivamente. Esto indica que las comunidades tradicionales, incluyendo entre ellas las indígenas americanas a la llegada de los europeos, utilizaron varios cientos de plantas de su entorno, mientras que las poblaciones de fuerte influencia occidental utilizaron sólo un número mucho menor.

Conviene distinguir entre plantas silvestres, que aparecen en forma espontánea en ecosistemas naturales; arvenses, que aparecen en forma espontánea en los terrenos cultivados y en general en áreas perturbadas por el hombre; cultivadas, que son objeto de trabajo y dedicación humana; y domesticadas, que han sufrido profundas transformaciones genéticas debido a su domesticación, y que generalmente no son capaces de subsistir si no es por el cuidado del hombre. Las plantas utilizadas por el hombre americano corresponden a todas las categorías mencionadas. De aceptarse esta clasificación, cabría incluir entre las plantas silvestres casi toda la diversidad vegetal existente a la llegada de los europeos; plantas cultivadas serían al menos la mayoría de las indicadas por Vavilov (1931) y otros autores como cultivos originarios de América, contándose para Mesoamérica entre 49 y 104 especies, y 45 para la región andina. El número de especies realmente domesticadas por los indígenas antes de la llegada de Cristóbal Colón era menor, ya que muchas de las indicadas anteriormente estaban sólo en proceso de domesticación, debiéndose considerar algunas como silvestres y un gran número como arvenses.

Es conocido que las sociedades tradicionales con frecuencia usan y conservan una diversidad de cultivares de una sola especie, por lo que el fenómeno de marginación no se debería reducir al desplazamiento de especies botánicas, sino comprender también la marginación de cultivares y formas tradicionales dentro de una misma especie como producto de su substitución por otras o por una pequeña cantidad de variantes o formas de la misma. A esto generalmente se llama erosión genética. De aceptarse este enfoque, resultaría que, a raíz de la conquista europea, el alcance de la marginación de plantas americanas ha sido tal vez bastante más amplio de lo que se podría valorar considerando sólo el nivel de la especie.

Para evaluar la marginación de plantas útiles, se deben considerar como listas básicas, por un lado, los inventarios florísticos del área, las plantas útiles indicadas en los códices y los primeros trabajos de europeos en América, y compararlos con las que se usan en la actualidad en las comunidades tradicionales y en la producción agrícola comercial, tomando siempre en cuenta las estrechas relaciones existentes entre diversidad florística, plantas útiles y cultivos autóctonos.

Especialmente en las sociedades tradicionales, las plantas no se cultivan individualmente, sino en complejos ecosistemas agronómicos. Si bien una o más plantas son el objetivo agrícola central (maíz, frijol, calabaza, papa, pejibaye), también se aprovechan muchas otras; por consiguiente, para evaluar el desplazamiento de plantas útiles que trajo consigo la Conquista, habría que considerar también el daño que sufrieron los sistemas agrícolas prehispánicos y la marginación de muchas plantas que se usaban en épocas anteriores, causados por la destrucción de la infraestructura hidráulica, el aniquilamiento de la población, el desarrollo de la ganadería, etc.

domingo, 3 de agosto de 2008

LAS GRANDES REGIONES FITOGEOGRAFICAS


El trasfondo de los procesos que determinan la riqueza de recursos genéticos del continente se entiende mejor si se considera su relación, por un lado, con la distribución de las formaciones vegetales y su biodiversidad y, por otro, con los factores humanos, o sea con los aspectos culturales. La primera es muy compleja en la región tropical del Nuevo Mundo, por el número y diferencias de los paisajes naturales.

Hacia los 25° lat. N terminan las regiones áridas de América del Norte, con desiertos o semidesiertos, y se inician áreas de mayor

FIGURA 1
Grandes tipos de formaciones vegetales de Mesoamérica, el Caribe y América del Sur.




1 Especies desaparecidas del cultivo.


humedad a lo largo de las zonas costeras de México. Paralelos a las costas se levantan los sistemas montañosos de las Sierras Madres, que dejan entre ellas los valles altos y amplios del centro, que fueron el área nuclear de Mesoamérica. Hacia el sur, las zonas montañosas, cordilleras y valles intermontanos, se extienden con sólo una interrupción en Tehuantepec, hasta Panamá. La vegetación de las cordilleras es predominantemente de origen norteño hasta Nicaragua, y los primeros páramos andinos aparecen ya en Costa Rica. En las zonas bajas hay diferencias notables entre las dos vertientes. En la vertiente atlántica, la selva lluviosa se inicia al sur de Tamaulipas y continúa por las llanuras costeras hasta Darién, en Panamá, interrumpida solamente en Yucatán por una selva baja y seca, y en el norte de Nicaragua por pinares extensos, debidos a condiciones edáficas. En la vertiente del Pacífico, en cambio, desde Sinaloa, el bosque tropical seco, en áreas con estaciones alternas, se extiende hasta el centro de Panamá, con una sola interrupción en Costa Rica, por el bosque tropical húmedo de Osa. Los elementos que componen los bosques de las tierras bajas son principalmente de origen sureño, y penetran en México hasta el límite norte de los bosques lluviosos o secos.


En América del Sur, la selva tropical lluviosa del estrecho de Darién se extiende hacia el sur hasta Ecuador por las llanuras costeras; se bifurca hacia el norte y el noreste en Colombia y Venezuela, donde limita con un bosque tropical seco, semejante al de México en América Central, el cual cambia hacia la costa a matorrales de semidesierto con cactáceas, que llegan hasta el litoral caribe.


Las cordilleras andinas presentan una gran diversidad de pisos de vegetación, desde las laderas que bordean el Pacífico, desérticas en el Perú y Chile, hasta la vegetación de los páramos. La vertiente oriental es, en general, mucho más húmeda, y forma una franja continua de Venezuela a Bolivia («cejas», «yungas»). Las condiciones del relieve determinan en los Andes áreas de sequedad extrema, algunas de ellas desprovistas por completo de vegetación, como los saladares.


Al extremo noreste de los Andes, un área de baja humedad, los llanos del Orinoco, se extiende desde el centro del continente hasta el Atlántico y termina en bosques muy secos en el litoral. Al oriente del Orinoco, hay bosques secos y palmerales en los suelos más húmedos.


entro del continente está cubierto por la selva tropical húmeda del Amazonas-Orinoco, con la excepción de las sabanas altas de Guayanas. Esta selva, la más extensa en el mundo, se puede dividir en varias subregiones por los tipos de vegetación y la composición florística, determinada por la expansión de las formaciones vegetales antiguas y las condiciones de ambiente. Desde el punto de vista fitogeográfico es importante la brecha de Obidos, una franja que atraviesa la cuenca del Amazonas de norte a sur, determinada por una precipitación más baja, alrededor de los 1 500 mm, muy inferior al del resto de la Amazonia, que divide a ésta en una sección occidental y otra oriental, y es una barrera para la expansión de numerosas especies. El alto Amazonas, de Obidos a las serranías andinas, es una de las zonas más interesantes en América del Sur por su riqueza florística, y del punto de vista de los recursos genéticos, por los numerosos cultivos que allí se originaron.


La disminución de la humedad al sur de la selva amazónica determina paisajes de bosques abiertos y sabanas. El «cerrado» es un área enorme en el centro de Brasil, relativamente baja, ondulada o con sierras de poca elevación, cubiertas de vegetación arbórea baja, espaciada, siempre verde, más densa hacia las corrientes de agua. La humedad es favorable a la agricultura, cuyo desarrollo es reciente; los suelos son productivos si se aplican fertilizantes químicos.


El noreste de Brasil está en gran parte ocupado por la «catinga», con un bosque claro, deciduo, a menudo con predominancia de palmeras y cactos. Es una zona difícil para la agricultura; ofrece productos naturales para la recolección, como la cera de carnauba al extremo norte. En la frontera con la selva lluviosa, en áreas con unos 1 500 mm de precipitación, hay grandes formaciones de babaçú, importante como fuente de aceite. El cerrado y la catinga son pobres en cultivos autóctonos, en parte por la abundancia de recursos naturales, y por las condiciones adversas para la agricultura permanente.


Entre la catinga y el mar se extiende una franja de alta humedad, con bosque lluvioso, que en Bahía se aprovecha en gran parte para plantaciones de cacao, caña y otros cultivos. Los bosques lluviosos del litoral están interrumpidos al norte de Rio de Janeiro por áreas secas, pero se prolongan al sur hasta casi los 30° de latitud.


Del límite sur del cerrado hasta el trópico de Capricornio, hay varias regiones de paisajes diferentes, que se inician en los contrafuertes de los Andes con las sabanas de palmeras en Bolivia; luego el bosque seco del Chaco, que ocupa la mayor extensión; el gran pantanal en el Mato Grosso, y los bosques mesofíticos que se extienden hacia el este hasta las selvas lluviosas del litoral.

Repunta la siembra de trigo y girasol


La superficie sembrada de trigo y de girasol durante la campaña de invierno, logrará un considerable incremento con relación a los niveles alcanzados en la misma época del año pasado, de acuerdo con los reportes preliminares emitidos por la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
Jaime Hernández, gerente interino de Anapo, informó de que en dos semanas se iniciará la cosecha de trigo. En esta campaña se sembraron 73.000 ha, esperándose una producción de 140.000 toneladas, rendimiento superior al alcanzado en la campaña de invierno del pasado año, cuando se sembraron 55.000 ha y se cosecharon 102.000 toneladas.
"La producción de trigo en esta campaña consolida a Santa Cruz como la principal región productora del país, demostrando que el potencial de la producción de trigo se encuentra en esta región", destacó Hernández.
Este incremento en la superficie sembrada no se dio únicamente en el trigo, pues el girasol también tuvo un repunte. La cosecha se inició en la zona este del departamento de Santa Cruz, donde se sembraron más de 300.000 ha. Esperan tener una producción de 450.000 toneladas contra 318.000 del año pasado en 213.000 hectáreas.
La decisión de los productores de aumentar el área sembrada se debe a que los precios se incrementaron en el mercado internacional. "El 2007 el trigo estuvo entre $us 230 y $us 250 la tonelada. Este año se espera que llegue a $us 350", puntualizó.
El valor del girasol en el mercado internacional también se incrementó. Actualmente oscila entre los $us 400 y $us 420, en tanto que el año pasado fue de $us 250 la tonelada.
Sin embargo, no todo es color de rosa para los productores agropecuarios, ya que de acuerdo con datos preliminares de Anapo, la superficie sembrada de soya disminuirá en esta campaña de invierno en 30% aproximadamente, esto comparado con la gestión anterior.
En la cosecha de invierno de este año apenas se espera superar las 200.000 ha, en tanto que el año pasado fue de más de 270.000 ha. Sin embargo, la producción será similar, 300.000 toneladas.
Otro problema por el que atraviesan los productores agropecuarios es que no han recibido apoyo del Gobierno para su reactivación económica. También se debe tomar en cuenta que los costos de producción se han incrementado, sobre todo por el precio de los fertilizantes y de los insumos en general. La maquinaria, por ejemplo los tractores, también elevaron su costo un 30%.

Algunos datos del sector

- La superficie sembrada de trigo en la campaña de invierno 2008 es de 74.000 hectáreas y se espera cosechar 140.000 toneladas. En 2007 se sembraron 55.000 hectáreas y se cosecharon 102.740 toneladas.

- De girasol se sembraron 302.000 hectáreas y se espera cosechar 450.000 toneladas. En 2007 se sembraron 213.000 hectáreas y se cosecharon 318.000 t.

- De acuerdo con datos preliminares proporcionados por Anapo, en la campaña de invierno de soya se sembrarán cerca de 200.000 hectáreas, cifra marcadamente inferior a la superficie del año pasado, que fue de 270.700 hectáreas, con una producción de 299.270 toneladas. Pese a la disminución de la superficie sembrada, para este año se prevé alcanzar las 300.000 toneladas de producción.

- Los precios del girasol y del trigo mejoraron en relación con el año pasado. En 2007 la tonelada de trigo costaba entre $us 230 y $us 150. Este año cuesta $us 350 la tonelada. El girasol costaba $us 250 la tonelada y este año estará en el orden de los $us 400.

Día Nacional del Trigo será el viernes 8
La XV versión del Día Nacional del Trigo, organizada por la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) se realizará el viernes 8 en Okinawa.
Se trata de un evento que tiene el objetivo de difundir las tecnologías existentes para que los productores trigueros mejoren el manejo del cultivo y aumenten su productividad. Se realizarán demostraciones de control de enfermedades con fungicidas. Además, se axhibirán las variedades de semillas que serán lanzadas en los próximos años, luego de una validación. Su característica es la tolerancia a la enfermedad Piricularia, que ataca a este tipo de cultivos y que es una de las principales limitantes que tiene para lograr mejores niveles de producción.

“El apoyo sólo a los productores chicos no sirve”

Cuando era niño, lo único que quería era tener un camión y ese deseo le impulsó a salir de su tierra (Oruro) para buscar un mejor porvenir en el oriente. Hoy, don Tito Choque no sólo cambia de vehículo cada año, sino que es propietario de 400 hectáreas de tierras en Santa Cruz, en las que produce granos y caña.

Este pequeño agricultor afirma que una verdadera revolución agraria se logrará con apoyo a todos los productores.

¿Desde hace cuánto tiempo vive usted en Santa Cruz?
Desde hace 45 años. Llegué a Santa Cruz el 14 de abril de 1964, de ese día no me olvido. Me fui solo, sin hermanos, sin nadie. Soy de una familia pobre, nací en Oruro, en la provincia Abaroa, en un lugar donde peleaban los Jucumanis, Laimes y Qaqachacas. Somos una familia de tres hermanos y un papá.

¿En qué momento se animó a ir a Santa Cruz?
Yo trabajaba cuando era pequeño. Sembraba un surco de papa y de eso cosechaba una carga. Yo veía los camiones que iban al pueblo y quería tener uno. Me preguntaba cuándo podría tener esas cosas. Entonces pensé: “Aquí nunca voy a poder hacer nada, me voy”.

A los 11 años me separé de mi familia. Mi hermano y yo nos fuimos a Cochabamba. Allí estudié y trabajé. Yo escuchaba a la gente que decía que en Santa Cruz hay tierra. Entonces, me animé a ir con dos amigos. Los tres llegamos a Chané el 14 de abril y cosechamos arroz.

¿Cuántos años tuvieron que pasar para que usted pueda comprarse un terreno?
Pasaron dos años. Con la cosecha se gana un peso por arroba. Con un mes de cosecha, se hace platita. Entonces compré 20 hectáreas y empecé trabajando media hectárea. El quinto año, ya trabajaba cinco hectáreas. Conseguí ayudantes más jóvenes y trabajábamos entre cinco.

¿Qué sembró entonces?
Sólo maíz y arroz. Entonces no había soya. Estamos hablando del 66. En el 67 llegó la inundación, mi casa también se fue, pero igual retornamos al trabajo.

Y el 67, ya tenía 10 hectáreas (trabajadas), ya sacaba camionadas de arroz, tenía plata, quería comprar mi camión. Al año siguiente me casé y mi esposa y yo empezamos a trabajar juntos.

Luego ya trabajaba para mí mismo. En el 70 planté caña, pero no tenía cupo y había un decreto que establecía que sólo los que tenían cupo podían ser cañeros. Luego, ese decreto dejó de existir y me volví cañero.

El problema es que no había mercado, no había a quién vender. El 75 finalmente me compré mi camión y empecé a transportar la caña. Entonces pensábamos que no podíamos entregar la caña, y un tal Roberto Barbery dijo: “Si no hay, ¿por qué no hacemos nuestro propio ingenio?”.

Los que no teníamos cupo estuvimos de acuerdo y formamos Unagro. Ahora sigo siendo director de la corporación.

¿A qué rubro se está dedicando actualmente?
Al arroz, al maíz, a la caña, a la soya, al fréjol y al trigo. Vamos intercalando, ya tengo 400 hectáreas en diferentes lugares.

¿Está teniendo problemas con lo de la seguridad jurídica en la tenencia de tierras?
¡Uf!, eso para qué hablar. No sé qué pasará. Eso es grave. Esas 20 hectáreas, 50 hectáreas, ni para dar vuelta sirven ya, es muy pequeño. Un pequeño agricultor tiene que tener como mínimo unas 500 hectáreas, si quiere ser un productor de calidad. Con pocas hectáreas no va a tener maquinaria ni transporte ni nada, porque eso (una área reducida) no paga las deudas. Los campesinos tienen que tener por lo menos 500 hectáreas.

El Gobierno cuestiona a los productores que tienen grandes extensiones de tierras...
Sí, nos dice que somos latifundistas, oligarcas.

¿Se considera usted un latifundista?
No, no me afecta. Yo voy a tener 5.000 hectáreas, mi pensamiento es empatar a los grandes empresarios. Tengo cabeza, manos, ojos, boca, la edad tal vez está avanzando, pero si hay posibilidad lo voy a hacer. Ahorita estoy bien. Cada año cambio mis movilidades, ofrezco servicio de cosecha, tengo seis hijos, ya son grandes, todos han estudiado.

Cuando tenga tantas hectáreas, ¿no le preocupa que el Ejecutivo le llame latifundista?
No, pero le vamos a responder con la producción. Si quiere avasallar, vamos a tomar medidas. Pero primero que aprenda a trabajar y después que opine.

Hay productores que esperan la ayuda del Gobierno...
Sería una gran cosa si apoyara, pero no lo hace. El Gobierno apoya solamente a su partido.

Yo pertenezco a un sindicato y la mayoría son masistas. Yo les reto y les digo: “¿Por qué el Presidente no les compra una cosechadora? son masistas ustedes”. Si yo fuera masista, haría eso, pero a mí no me gustan esas cosas.

¿Le interesa la política?
No me interesa, porque siendo masista o no masista, cambia el Gobierno y yo igual voy a estar trabajando y ganando.

Ahora, el Gobierno tiene que liberar de aranceles a los insumos agroquímicos, eso es lo que encarece. Por ejemplo, el año pasado costaba $us 3,30 el litro, hoy cuesta $us 13.

Como migrante, ¿ha encontrado puertas cerradas en Santa Cruz?
No, Santa Cruz no es egoísta, no es regionalista. Cuando llegué, los cambas me fiaban comida cuando trabajaba en la peladora.

Nos prestaban bolsas para recibir el arroz pelado. Pero hoy nadie fía nada porque nosotros collas les hemos enseñado mal, no pagan, se van sin pagar.

Pero la gente no es mala, para mí no, tal vez para otra gente. Ni (Carlos) Dabdoub que consideran que es un regionalista. Él es un médico buena gente.

La gente que, como usted, quiere migrar, ¿podrá surgir lejos de sus tierras?
Pueden, pero el Gobierno tiene que contratar técnicos de Israel. Yo he ido a visitar EEUU, Israel, Alemania, Francia, Suecia, Venezuela, Ecuador, Colombia, Argentina, Perú, Brasil, para aprender sobre el cultivo.

No voté pero apoyé al MAS, dije: “Éste es el hombre del cambio, para eliminar la pobreza”. Pero lo contrario, ahora va a haber más pobreza de lo que había.

¿Qué le está faltando a la gente del altiplano para surgir?
Creatividad y experiencia. Tienen que salir a Argentina, a Perú, a Chile, para aprender. El Gobierno tiene que preparar a los agricultores, no a los dirigentes, porque los dirigentes no saben trabajar. Yo conozco a Isaac Ávalos, que ni sabe cultivar.

Una vez que un agricultor del altiplano empiece a superarse, cada uno va a empezar. Eso pasó aquí en Santa Cruz.

He ido a La Paz, hay unas pampas hermosas donde pueden criar ganado, pueden cultivar productos agrícolas. En el altiplano no hay plaga, no hay enfermedad, no hay maleza.

La revolución agraria de la que habla el Gobierno, ¿puede ser una realidad?
No, es falso. Él no está para revolución agraria. Una revolución agraria la tendría que hacer un presidente que sea un verdadero agricultor, porque sabe.

En cambio, un dirigente campesino no. Para hacer revolución, tiene que ser un agricultor que apoye al pequeño, al mediano y al grande. Porque si apoya sólo al pequeño, no va a resultar.

Tiene que apoyar a todos porque los pequeños y los medianos aprenden de los grandes y los grandes de los pequeños.

“ Una revolución agraria la tendría que hacer un Presidente que sea un verdadero agricultor, porque sabe. ”

viernes, 1 de agosto de 2008

RECURSOS GENETICOS

Actualmente se utiliza cada vez más el término de recursos genéticos en lugar de germoplasma, por juzgársele más amplio y apropiado. El interés en la preservación, documentación y utilización intensiva de los recursos genéticos es relativamente reciente. Como uno de tantos recursos naturales, el germoplasma de plantas cultivadas que se pierde no se recupera más. Su concentración en países de agricultura incipiente crea problemas especiales de conservación e intercambio, aunque los sistemas agrícolas prevalentes en esas regiones tienden a preservarlo como material de siembra.


El ámbito de los recursos genéticos de las plantas cultivadas varía considerablemente según la especie. La primera categoría consiste en los cultivares primitivos, o sea aquellos que son el resultado de una selección incipiente hecha por los agricultores. No existen inventarios completos, aun en especies de alto valor económico, que permitan estimar su número; en algunas especies pueden ser docenas, en otras centenares. La mayoría tienen una distribución geográfica restringida, y muchos se cultivan sólo para el consumo familiar. Fuera de su centro de origen dan altos rendimientos, como lo prueban algunos ensayos. Su valor potencial es el conjunto de genes resistentes a condiciones ambientales muy variadas, a enfermedades y plagas, y a menudo su alto valor nutritivo. Están muy expuestos a la erosión genética, por tratarse de poblaciones pequeñas, que son fáciles de reemplazar por otros cultivares, y por ser utilizados por los grupos sociales más pobres reciben escasa atención.


La segunda categoría, los cultivares avanzados, está limitada en América tropical a unas pocas especies; son el resultado de trabajos de mejora genética destinados a producir cultivares de alto rendimiento, resistentes a enfermedades y plagas o adaptados a condiciones ambientales específicas. Algunos cultivos originarios de los trópicos americanos han sido sometidos a mejora genética en áreas de agricultura avanzada: América del Norte, Europa y Japón. Los cultivares a los cuales dieron origen, sin embargo no se adaptaron a las condiciones dominantes en América tropical.


La tercera categoría está constituida por las poblaciones silvestres de la especie cultivada, que subsisten en el área en que se domesticó la especie. Crecen espontáneamente, y a veces la acción de la selección disruptiva no permite que entre las poblaciones silvestres y las cultivadas pueda haber intercambio de genes. Un grupo aparte lo constituyen las malezas, cuya definición es difícil. En los sistemas de agricultura primitivos no hay límites claros entre cultivares, malezas y poblaciones silvestres, ya que en ciertos casos las dos últimas también se utilizan.


Fuera del ámbito de la especie, los parientes cultivados o silvestres, con los cuales es posible el intercambio de genes, constituyen una cuarta categoría, que puede desempeñar un papel importante en la mejora genética. Con frecuencia los parientes de una especie cultivada se utilizan en prácticas como el injerto, que requieren afinidad fisiológica. En ciertos casos —cítricos y orquídeas ornamentales— los recursos genéticos se extienden a otros géneros en la formación de híbridos multigenéricos.