jueves, 18 de diciembre de 2008

Sólo la mitad del área cultivable fue sembrada


A fines del mes pasado, los productores del agro cruceño pusieron como plazo fatal el 15 de diciembre para salvar la producción agrícola de 2009 ante la crisis de la escasez de diesel que impedía la cosecha de la campaña de invierno y frenaba el inicio de la siembra de la campaña de verano.

A punto de concluir la campaña de siembra este 20 de diciembre, fuentes del sector informaron ayer que sólo se logró sembrar un poco más del 50 por ciento de las 700 mil hectáreas previstas de soya y el caso es similar en maíz y arroz.

Los productores indicaron que es difícil revertir esta situación ante las lluvias, cada vez más fuertes, y que sembrar después del fin de la temporada implica riesgos para los agricultores.

El impacto de esta situación se sentirá en 2009 con la caída de la producción y la falta o posiblemente alza de precios en los alimentos.

"No pudimos sembrar porque no tenemos un abastecimiento normal de diesel, porque el agricultor se siente inseguro de que la cosecha no pueda ser comprada por las exportadoras porque el Gobierno está regulando las exportaciones poniendo trabas y por la seguridad de la tierra. Sentimos que no tenemos las condiciones ideales para cubrir las 700 mil hectáreas de soya para este verano que concluye", explicó el gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Rolando Zabala.

En cifras, según Anapo, el déficit de diesel para el sector agropecuario de Santa Cruz llegó a unos 19.380 mil litros, más de 12.500 agricultores están afectados y la pérdida está calculada en casi 200 millones de dólares.

Riesgos y efectos

Zabala dijo que algunos agricultores, si la situación especialmente respecto al combustible mejora, podrían tomar riesgos y sembrar soya más allá de la temporada de verano.

El ejecutivo de Anapo explicó que después del 20 de diciembre, cuando concluye la campaña de verano, los problemas para los agricultores son el periodo de lluvias, enfermedades como la roya asiática que se vuelven más problemáticas y el inicio de la cosecha ocurriría en época muy lluviosa, lo que no es conveniente.

Los efectos de una siembra a medias se sentirán en 2009 con una disminución en la provisión de alimentos como el pollo, cuya producción requiere derivados de soya, y aceites refinados.

"También se reduciría la generación de empleo porque cuando menos se siembra menos gente está dedicada al agro. Las exportaciones también disminuirán y el movimiento económico va a ser menor", señaló Zabala.

Los pequeños se resignan

La mayoría de los pequeños agricultores de Santa Cruz está resignada a perder la mitad de su producción. El pequeño empresario del agro, Tito Choque, dijo ayer que él, como muchos de sus colegas en la región de Chané, en el Norte Integrado cruceño, no logró sembrar ni el 50 por ciento de la superficie destinada a soya, maíz y arroz.

"Queríamos lograr sembrar estos días, pero no se pudo, apenas 50 por ciento hemos sembrado. Se llenó el río Grande y ahora no hay paso. Estamos resignados. Yo creo que con esto el Gobierno cumplió su objetivo y Santa Cruz va a quebrar, no habrá alimentos. Tendrá que importar el Gobierno. Sabrá como alimentar a su pueblo", señaló.

Explicó que tenía previsto sembrar 200 hectáreas en la actual campaña de verano, peró sólo logró copa 120 hectáreas y otros productores no llegaron ni siquiera a 100.

"Por culpa del diesel no se pudo y ahora llegó el agua y ahora hay que pensar en la otra campaña nomás", agregó Choque.

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