martes, 5 de agosto de 2008

BIODIVERSIDAD DE LA FLORA AMERICANA

La biodiversidad de las plantas de los trópicos americanos comprende dos aspectos, aún no del todo estudiados. El primero es la diversidad de tipos de plantas determinada por la adaptación a un ambiente de mucha competencia, complejo e inestable. A esas condiciones las especies han respondido creando hábitos (epifitismo, parasitismo) que implican cambios completos en el organismo, o adaptando órganos como en las lianas o las plantas flotantes, que se acomodan a necesidades más restringidas.


El segundo aspecto, la riqueza en familias, géneros y especies, ha sido más estudiado, pero los inventarios hechos en el Nuevo Mundo cubren sólo países o regiones muy pequeñas, lo que permite apenas tener una idea de la situación total. Es bien sabido que la riqueza florística aumenta de las latitudes bajas hacia el ecuador, y que alcanza, así como la diversidad de formas biológicas, su nivel más alto en los trópicos húmedos. Se puede estimar entre 60 000-70 000 el número de especies de plantas superiores en los trópicos del Nuevo Mundo. Dentro de ellas un porcentaje muy alto corresponde a familias como las Compuestas, Orquídeas, Rubiáceas, Ciperáceas, Aráceas y Melastomatáceas, que son pobres en órganos que suplen materiales para la alimentación o la industria. Es de esperar, en consecuencia, que no haya correlación entre la riqueza florística de una región y el número de plantas domesticadas en ella. Así, en Costa Rica, con cerca de 10 000 especies de plantas superiores, sólo se domesticó una especie. En Ecuador, cuya riqueza florística no tiene paralelo en el continente, se presume que sólo se domesticaron cuatro especies. Por otra parte, las áreas con mayor riqueza florística son las que ofrecen mejores perspectivas para la utilización futura, especialmente en la industria.

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